El despoblado de Pardos
El pueblo que da nombre a una de las sierras más bonitas de la comarca de Calatayud
Se encuentra situado en plena Sierra de Pardos a la que da nombre, a 1.025 metros sobre el nivel del mar a unos 4 km. de Abanto. Conserva intacta su estructura de viejo pueblo aragonés, sus materiales de construcción sin adulterar, que son la mampostería, el adobe y tapial, con su decoración a base de azulete y aleros de tejas pintadas, pero en estado de ruina progresiva.
El lugar quedó despoblado en la década de los 80 del siglo XX, cuando sus últimos vecinos se bajaron a vivir a Abanto. Unos 40 años antes había llegado a tener unos 180 vecinos. Las malas comunicaciones fueron el principal motivo de la despoblación del municipio. La electricidad había llegado unos pocos lustros antes.
A pesar de su abandono unos años antes en 1995 el archiduque de Austria Hugo de Habsburgo, que pasaba unos días en el Monasterio de Piedra se enteró de la existencia del pueblo y se mudó durante un tiempo hasta la casa que le prestó uno de los últimos vecinos.
Actualmente forma parte del término municipal de Abanto, donde hay una asociación que trata de mantener el pueblo lo mejor posible.
Los santos, la pila bautismal y una de las campanas de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción se guardaron en Abanto, pero con otra de las campanas se llego tarde y fue expoliada.
En la plaza había una posada, un frontón y estaban las escuelas, que se usaban para reuniones de los vecinos al no contar con ayuntamiento. También se hacían en ella los bailes y las hogueras.
Los habitantes de Pardos eran en general pequeños agricultores que vivían del cereal y la viña. También había pequeños huertos. Los montes de carrasca se dividían entre los vecinos para su aprovechamiento y el que podía preparaba cargas de leña para venderlas por la redolada.