El Moncayo es una montaña que siempre ha sido tierra de leyendas. El "monte cano" para los romanos, no es de extrañar que embriagara a Bécquer y le llevara a escribir numerosas leyendas en los años que pasó por la zona.
Acceder al mirador para ver las curiosas formaciones que el agua y el tiempo ha ido formando en los terrenos de esta zona de la Sierra de Algairén es muy sencillo, en apenas un kilómetro se puede subir hasta los restos del Castillo de Tobed para tener unas impresionantes vistas, aunque la ruta la comenzaremos ascendiendo un barranco desde las piscinas municipales para alargar la visita y tener varias vistas de las cárcavas.
Aranda de Moncayo se encuentra situada a los pies de su castillo árabe, fruto de su situación fronteriza y de servir de paso a las gentes que se movían entre Aragón y la vecina meseta Soriana.
La ruta completa recorre los cerca de 120 kilómetros que separan Cella de Villafeliche, en ellos veremos una gran variedad de paisajes, zonas naturales y monumentos.
Dedica la mañana a conocer la historia de Calatayud, comienza con la visita al Museo de Calatayud y después sube hasta el Castillo de Ayud a disfrutar de las vistas.
Por la tarde realiza la visita guiada a la ciudad para conocerla mejor y después disfruta de las tapas y los pinchos de los bares.
Cálzate las botas bien temprano para subir hasta el Mirador de los Castillos o incluso hasta la Cruz de Armantes.
Después de comer acércate hasta el Yacimiento Romano de Bilbilis y, a la vuelta a la ciudad, recorre la Judería.
Por la mañana puedes recorrer toda la margen del Río Jalón a través de los parques y senderos de su ribera.
Si aún te quedan fuerzas, acaba por conocer el casco urbano y las zonas más modernas de la ciudad.
En la Sierra de Ayllón, cerca del pico del Ocejón, una serie de pueblos, conocidos como los Pueblos Negros de Guadalajara,
lucen la pizarra como principal material constructivo, la arquitectura
típica y popular se mezcla perfectamente con el paisaje. Armazones de
madera y pizarra se funden con los arbustos y la piedra del valle. No solo se usa la pizarra en los edificios sino también en los elementos secundarios como fuentes, vallas y puentes. El uso de la pizarra da un tono general de color negro a todas estas construciones con bonitos detalles en otros tonos de la pizarra como el ocre. Las construcciones se adaptan perfectamente a la difícil orografia del
terreno, se agrupan de forma irregular y ya dentro de la mayoría de
ellas entre las distintas dependencias destaca la cocina, con una gran
chimenea y un horno como centro de calor.
El río Mesa, proveniente de tierras castellanas, crea numerosas cascadas en esta zona. Junto a las de Algar de Mesa e Ibdes, una de las más espectaculares se encuentra cerca del caserío de Calmarza y en la zona se la conoce como la cascada del Pozo Redondo.
La visita a la cascada es parada obligada en cualquier ruta en la que se recorran las Hoces del Río Mesa. Para ir a Calmarza directamente desde Calatayud podemos optar por remontar el Jalón hasta Cetina y, desde allí, por la carretera que sube a Jaraba, coger el desvio que nos lleva por los conocidos como "Pajares de Calmarza". Justo después de pasar unas naves agrícolas, la carretera desciende por un impresionante barranco hasta el pueblo.