Excursión hasta los Pueblos Negros de la Sierra Norte de Guadalajara
Una visita perfecta para realizar en un día de verano desde Calatayud
En la Sierra de Ayllón, cerca del pico del Ocejón, una serie de pueblos, conocidos como los Pueblos Negros de Guadalajara,
lucen la pizarra como principal material constructivo, la arquitectura
típica y popular se mezcla perfectamente con el paisaje. Armazones de
madera y pizarra se funden con los arbustos y la piedra del valle. No solo se usa la pizarra en los edificios sino también en los elementos secundarios como fuentes, vallas y puentes. El uso de la pizarra da un tono general de color negro a todas estas construciones con bonitos detalles en otros tonos de la pizarra como el ocre. Las construcciones se adaptan perfectamente a la difícil orografia del
terreno, se agrupan de forma irregular y ya dentro de la mayoría de
ellas entre las distintas dependencias destaca la cocina, con una gran
chimenea y un horno como centro de calor.
La iglesia a pesar de moderna construcción se integra muy bien en el entorno al seguir los metodos y materiales constructivos de la zona.
Empezando a retroceder en el camino que nos ha llevado hasta aquí, nos dirijimos ya hacia Campillo de Ranas, a mitad de camino tenemos un desvio que nos conduce a una de las pedanias de la localidad, Robleluengo.
Campillo de Ranas es el punto principal de esta ruta por los Pueblos Negros, historicamente las aldeas y lugares de la redolada formaban el conocido "Concejo de Campillo", hasta 1808 formaban parte de la provincia de Segovia pero la reformas y reordenaciones de la época hicieron que acabaran en la provincia de Guadalajara.
Actualmente el nucleo de Campillo de Ranas cuenta con cuatro pedanías, alguna de ellas la vamos a ver en la ruta Campillejo, El Espinar, Roblelacasa y Robleluengo.
Salimos de Campillo de Ranas y nos dirigimos hacia una de sus pedanias, El Espinar.
Justo a la entrada del camino que lleva al casco urbano podemos ver una de las construcciones más representativas del lugar, el lavadero, donde la madera y la pizarra combinan perfectamente.
Continuando la ruta, el siguiente pueblo con el que nos encontramos es Campillejo, varias de sus viviendas se han transformado en las últimas decadas en casas rurales, mantiene el espíritu de las localidades de la serrania, con las viviendas construidas en una sola planta. Las calles y construcciones se mantienen bien cuidadas y hay varios rincones bonitos y agradables.
Entre las calles de Campillejo destaca la pequeña ermita, que ha sido totalmente reconstuida.
Calles de Campillejo
Respecto al urbanismo de los Pueblos Negros cabe mencionar que la disposición de las calles siempre ha tenido una importancia secundaria. Lo principal eran las necesidades de los habitantes en sus distintas viviendas, que iban completando con pajares, huertos, gallineros, etc. lo que ha dado lugar a un trazado de las calles completamente caótico e irregular.
Acabamos la ruta por los pueblos negros, pero en nuestra vuelta hacia Calatayud y antes de la coger la A2 tenemos otro par de puntos de interes para ver.
El primero de ellos es la Ciudad Encantada de Tamajón, un curioso paraje natural que merece la pena visitar. En este curiosos entorno natural, la naturaleza por medio de la erosión de las rocas ha dado al paisaje un conjunto de esculturas naturales. En esta zona también podemos visitar la Ermita de Nuestra Señora de los Enebrales donde tenemos merenderos y sendas de paseo.
Puedes completar la visita dependiendo de la epoca del año visitando el Castillo de Jadraque, los campos de lavanda de Brihuega o Sigüenza.
Algunas de las fotos retocadas en este enlace.
Ruta para llegar a los pueblos desde Calatayud: