La sede en la península ibérica de la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro
El templo se empezó a levantar en 1156, casi un siglo después, en 1249, se construyó otra iglesia nueva de estilo mudéjar por orden de Jaime I. La actual comenzó a construirse en 1605 y las obras culminaron en 1613.En el testamento de Alfonso I el Batallador, dejó el reino en manos de tres órdenes militares, la del Santo Sepulcro, del Templo y del Hospital. La nobleza aragonesa impidió que se llevara a fin el testamento y nombraron sucesor a D. Ramiro, hermano del rey y conocido como Ramiro II el monje.
La fachada de la iglesia es sencilla, está flanqueada por torres cuadradas donde se alojan las campanas y, salvo la base, construida en ladrillo.
Uno de los elementos más llamativos de la Basílica es que a través de sus retablos laterales se puede ver la pasión de Jesús.
Detalle de uno de los retablos
Capillas laterales
Detalle altar
Órgano
Vista desde el fondo donde se aprecia la nave central, cubierta con una bóveda de lunetos
El 25 de noviembre de 2020 fue elevada al rango de basílica. Se argumentó que era la primera fundación fuera de Jerusalén de la orden del Santo Sepulcro, añadiendo además el singular valor artístico que le viene dado por su dedicación exclusiva a la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
En las pechinas está representada la cruz del Santo Sepulcro
Nave central
Interior cúpula
La cúpula desde el exterior
Claustro mudéjar:
De construcción mudéjar, tan solo se conserva parte del claustro construido a mediados del siglo XIV, así como diversos restos de estancias de uso común.El claustro se levantaba sobre una planta cuadrada; actualmente en estado ruinoso, se conserva únicamente la mitad del mismo.
Claustro con iluminación nocturna
La difusión de las fotografías del interior del templo han sido autorizadas por la Diócesis de Tarazona.